Platicando con...

En esta ocasión EntreTmas Revista Digital se complace en acercarlos al escritor salvadoreño Rainier Alfaro Bautista.

Soy un hombre que ama la vida, quien a los 5 años descubrió el mar, se enamoró, pero no lo sabía, ese amor persiste; que se declaró devoto de la poesía ya hace algún tiempo y la encuentra en todos los sitios posibles y en los inimaginables también; que apenas está llegando a la madurez en muchos sentidos, que siempre seguirá en el camino, como un viajero impenitente, siendo víctima del asombro todos los días, regresando al origen, al sueño recurrente de celebrar la palabra en todas sus manifestaciones y, en este mismo caminar, encontró hermanos y hermanas para la eternidad. Un hombre que aun ama demasiado.

A los 7 años comencé a leer poesía, me enamoré de nuevo, y ese amor persiste. En la adolescencia, inicié en la escritura de textos amorosos, escribía cartas y pequeñas notas para mis compañeros y compañeras de aula para enamorarse y enamorarnos, luego con el tiempo, con otras lecturas, al llegar a la universidad me invitaron a un taller de letras en la extensión cultural de dicho centro de educación superior, y fundamos TALEGA (Taller de Letras Francisco Gavidia) donde conocí a algunos poetas y a otros que como yo apenas iniciábamos en este caminar; a algunos de ellos hasta el día de hoy sigo llamándolos hermanos, de ese momento ya pasaron 30 años. La poesía fue y sigue siendo mi premisa para salir a recorrer los caminos y llevarme a formar una familia en Honduras, donde crecí como poeta, profesional y ser humano, aquí también encontré a algunos grandes amigos y hermanos. Durante 3 años consecutivos mantuvimos el esfuerzo de crear y ejecutar un festival internacional de poesía hispanoamericano, de 2011 a 2013, en Tegucigalpa, con quien fue mi esposa, sin mayor apoyo que nuestra economía doméstica. Anteriormente habíamos organizado y creado plataformas y espacios de lectura para los poetas que venían de paso a Honduras, a los cuales llevamos a leer a varios centros culturales y educativos, aprovechando mi labor como profesional de la industria editorial. En El Salvador, Índole Editores publicó mi primer libro de poesía como parte de una colección de poesía Latinoamericana, a continuación hubo otras publicaciones por el proyecto editorial La Chifurnia. Soy, quizá, de los pocos poetas de la postguerra en El Salvador que nunca participó en los Juegos Florales en la década de los 90, por lo cual no tengo ningún premio literario. Hará cosa de dos años mandé un libro a una convocatoria de juegos florales, sin embargo, no obtuve ningún galardón de esos, con lo que comprobé que mi trabajo y mi quehacer poético no estuvo, no está y no estará nunca para esas lides.

A lo largo del tiempo por diversas razones me tocó copilar una antología y un par de libros individuales, prologar y hacer notas de acercamiento para algunos colegas, alguna vez también escribí algo sobre artes plásticas y una vez intenté escribir dramaturgia, también hice el intento de escribir columnas de opinión y columnas editoriales, sin embargo, no me sentí cómodo, por lo que desistí de todos esos otros hierros. La poesía es mi religión y a ella me debo.

Para noviembre de este año se publicará mi segundo libro con Índole Editores, adicional se publicará una antología de estos últimos 30 años de quehacer poético. Seguiré leyendo y escribiendo mientras haya luz en mis ojos y fuerza en mis manos para escribir.

Poema

Ya tengo la edad

en la que se jubilan los pájaros

y el rumor de sus alas se opaca

contra las ventanas

y la sangre se cristaliza en los nudillos

ya tengo edad para que las mariposas amarillas

vengan y busquen refugio en mis ojeras

para llorar desnudo frente a la marea

y reconocer la ruta del sur en cada paso

para abrir mi pecho y convertirlo en campanario

tengo tres veces la edad de mi primer beso

tengo tres veces la edad de mi hijo

cuando decidí amar la poesía para toda la vida.

Ya tengo la edad

para olvidar

a todas mis amantes

e incinerar el centenar de violines rotos a mi paso.